Fue un programa verdaderamente revolucionario en su tiempo y tal vez por eso, no llegó a pasarse en toda América Latina sino sólo en algunos países, bajo el sugerente título de “Sombras tenebrosas”. Pero donde se vio, al igual que en Estados Unidos, generó furor, demostrando que el público estaba interesado en ver cosas que se alejaran de lo habitual. Es que si bien pertenecía al formato tradicional de la telenovela norteamericana, que se emitía de lunes a viernes con una hora de duración, Don Curtis, su imaginativo creador, se atrevió a hacer de todo. Por empezar, el personaje que se volvería un favorito de los televidentes, el vampiro Barnabás Collins, apareció recién en el episodio 210, pero además, la serie que contaba la vida cotidiana en la mansión de los Collins incorporó seres fantásticos que no solían verse en televisión entre 1966 y 1971, los años que se produjo “Dark Shadows” en Estados Unidos.
Mirando hacia atrás, no sorprende que dos individuos que luego romperían todos los moldes tradicionales como Tim Burton y Johnny Depp devoraran en su temprana adolescencia cada capítulo. Quien es hoy uno de los actores más famosos de Hollywood recuerda cada vez que puede que tenía que ir corriendo hasta su casa cuando salía de la escuela para llegar a ver el programa y Burton, uno de los directores más imaginativos del mundo, explica que el motivo de su fascinación infantil era muy simple: Barnabás, al igual que él, era un individuo que no encajaba con el mundo que le rodeaba.
Estos devotos fans de aquella serie que habían colaborado juntos en 7 películas, entre ellas clásicos como “Edward Scissorhands” y “Ed Wood” y grandes éxitos de taquilla como “Willy Wonka and the Chocolate Factory” y “Alice in Wonderland”, decidieron que su amor por “Dark Shadows” merecía una película, una en la que pudieran mostrarle al mundo que es lo que tenía aquel programa que al día de hoy sigue guardando un lugar muy especial en sus corazones. Pronto se les sumaría otra fan, quien nunca había revelado públicamente que ella también miraba cada episodio: Michelle Pfeiffer, tres veces nominada al Oscar y aún hoy, una de las actrices más hermosas de Hollywood.
El filme que este 11 de mayo llegará a las pantallas cinematográficas de todo el país es un sentido homenaje, pero a la vez, una reimaginación de aquel mundo para las nuevas generaciones, en donde no faltan los toques inconfundibles del genio de Burton y los personajes estrafalarios que han vuelto mundialmente famoso a Depp.
En el filme, la historia gira en torno a Barnabás (Depp), el apuesto heredero de una fortuna pesquera de Maine que en el siglo XVIII, tras romperle el corazón a la bruja Angelique Bouchard (Eva Green) debe pagar muy caro el haber elegido a otra mujer. Es convertido en vampiro y enterrado vivo en un ataud, del que sólo podrá salir casi 200 años más tarde cuando un grupo de obreros cometan el grave error de encontrarlo. Barnabás regresa a la mansión familiar, las cosas verdaderamente se complican cuando tiene que lidiar con sus descendientes, quienes constituyen una familia muy poco normal. Además de la matriarca, Elizabeth (Pfeiffer), en la casa viven su hermano fracasado, Roger (Jonny Lee Miller), la rebelde hija adolescente de Elizabeth, Carolyn (Chloe Moretz) y su primo de 10 años, David. Las muchas habitaciones alcanzan para albergar a la psiquiatra de la familia, la doctora Hoffman (Helena Bonham Carter) y a la nueva tutora de David, Victoria (Bella Heathcote), quien tiene un notable parecido con el gran amor de Barnabás, Josette, muerta trágicamente dos siglos atrás. Sus problemas familiares, sin embargo, resultarán insignificantes cuando lo visite la mujer más poderosa del pueblo, Angie, quien también se parece demasiado a aquella bruja que le arruinó la vida.